jueves, septiembre 29, 2005


Tengo la mente en blanco. No sé sobre qué escribir. Algo me dice que mi imaginación sigue de vacaciones y sin ella, es evidente, que no se me ocurra ningún tema. Tengo la impresión de que mi imaginación se quedó en un viaje a ninguna parte. Lo más probable es que se haya negado a regresarse conmigo. No la culpo, antes de las vacaciones, estaba tan abrumada y harta de todo. Me temo que a veces abuso de ella. ¡La exploto! ¡La exprimo! "¿¿¿Qué más, qué más...???", le grito desde mi fuero interno. A lo mejor ya me abandonó. A lo mejor no querrá regresar ya nunca más. A lo mejor ya se esfumó. ¿Dónde estará?
Continúo con la mente en blanco. Dicen que el blanco es el grado cero del color. Blanco significa ausencia de color y de opinión, asimismo implica vacío y la nada. Me encuentro sumergida en la nada. El blanco es el símbolo de la neutralidad, de la pureza e inocencia. También se dice el "clóset de blancos", porque allí se guarda la ropa de cama recién lavadita. Cuando se tienen demasiados glóbulos blancos puede significar leucemia (del griego leukos blanco). Curiosamente en la Casa Blanca de Washington suceden cosas negras. Nada ilusionaba más a las niñas bien de antes que casarse de blanco. Me temo que dentro de unas horas volveré a pasar una noche en blanco, pensando dónde puede encontrarse mi imaginación. La página en blanco es una de mis peores enemigas. Cada vez está más de moda el oro blanco. De todos los vinos el que prefiero es el blanco.
¿Qué se habrá hecho la máscara blanca del Médico Asesino? ¿De qué color era el caballo blanco de Napoleón?
¿De que estaba halando? Es difícil hablar y escribir cuando uno tiene la mente en blanco, llenar y llenar líneas blancas, que están ahí por algo, ¿y yo porque estoy aquí? porque sigo intentando escribir?, mejor dejo esto y voy a buscar si encuentro algo en mi mente. Busco pero solo te encuentro a ti, solo a ti

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